HISTORIA
La Universidad de Salamanca tiene sus orígenes
en el siglo XIII, cuando el rey leonés Alfonso
IX funda un Studium para la enseñanza de Teología, Artes,
Derecho y Medicina. Alfonso X le otorgará
unos estatutos (Carta Magna) en 1254, donde recibe ya el
nombre de Universidad. En 1255 el Papa Alejandro VI concede validez universal a los títulos impartidos por Salamanca (ius ubique docendi),
así como el uso de un sello propio. Alcanza su máximo
esplendor en los siglos XV y XVI, para entrar en una fase de decadencia
a mediados del siglo XVII, declive del que únicamente empezó
a recuperarse a principios del siglo XX.
Actualmente la Universidad de Salamanca es una Institución
de derecho público, dotada de personalidad jurídica
y patrimonio propio, que goza de autonomía académica,
de gobierno, económica y financiera, según le reconocen la
Constitución Española (Art. 27.10) y demás
Leyes del Estado Español.
La Universidad de Salamanca desarrolla actividades docentes dirigidas
a más de 34.900 estudiantes de primero y segundo ciclos,
en 26 centros, ubicadas, además de en la ciudad de Salamanca, en
las de Ávila, Zamora y Béjar. Se imparten enseñanzas
correspondientes a más de 70 titulaciones, al tiempo que
se atiende a aproximadamente a 4.000 alumnos extranjeros en cursos de enseñanza de lengua y cultura españolas. Las actividades
docentes y de investigación se desarrollan en unos 49 departamentos,
que acogen igualmente a más de 2500 alumnos de doctorado.
El profesorado se sitúa en torno a 2174 profesores; además,
hay que considerar el personal funcionario, unos 922 individuos. Se mantienen convenios con numerosas universidades extranjeras, así como con
instituciones, fundaciones, empresas y sociedades, tanto públicas
como privadas.
La mayor parte de los centros están ubicados en la ciudad
de Salamanca, que cuenta con unos 160.000 habitantes y se ubica
al suroeste de la meseta castellana, junto al río Tormes,
tributario del Duero, a unos doscientos kilómetros de Madrid. Salamanca
es
una ciudad especialmente placentera para la vida estudiantil; la
vida universitaria fue el centro de la ciudad durante su periodo
más esplendoroso, y algunos de los edificios renacentistas
y barrocos más remarcables de la ciudad son patrimonio universitario. Los centros universitarios se encuentran dispersos: una parte se localiza
en el centro histórico de la ciudad (Geografía e Historia,
Filología, Derecho, Ciencias), y el resto en áreas
periféricas pero que, en general, se pueden alcanzar en un paseo
no superior a 20 minutos desde el centro.